Bajo el seudónimo de Armando Ruido, soy la voz que susurra (y a veces grita) desde los pasillos de una galería de arte española. Llevo más de una década siendo testigo de las historias que nunca se cuelgan en las paredes, secretos que pasan de mano en mano entre artistas, galeristas y coleccionistas como si fueran cartas marcadas en un juego del que pocos entienden las reglas.

Este espacio no responde a modas, ni a estrategias de marketing, ni a la ambición de ser visto. No hay redes sociales que lo impulsen, ni algoritmos que dicten su destino. Tampoco hay un plan de monetización. Es simplemente un alivio, una manera de vaciar los bolsillos antes de que el peso de todo lo no dicho me incline demasiado hacia el suelo. Si alguien, en una noche insomne, tropieza con estas palabras y encuentra en ellas algo útil, que lo aproveche.

Este blog es un rincón para quienes sienten curiosidad por el arte y sus laberintos, contado con una pizca de ironía, algo de drama, y mucho amor por lo que ocurre tras bastidores.

Aquí no hay promesas de éxito, ni claves para triunfar en el mercado del arte. Solo están los relatos de quienes han transitado por sus laberintos, a veces perdiéndose, a veces encontrando fugaces salidas que dan a lugares inesperados.

Bienvenido a este pequeño universo. Ojalá en él encuentres algo que, sin buscarlo, estabas esperando.